DOMINGO TERCERO DESPUÉS DE PENTECOSTÉS
DOMINGO TERCERO DESPUÉS DE PENTECOSTÉS
Domingo de la Infraoctava del Sagrado
Corazón
MISA
QUE SOLO PUEDE SER OFICIADA SEGÚN LAS RÚBRICAS DE LA IGLESIA, QUE CONDENAN
EL ACCIONAR IRREGULAR Y ACATÓLICO DE CONCILIARES DEL VATICANO II, THUCISTAS Y
LEFEBVRISTAS
El alma fiel ha visto el desarrollo
sucesivo de los Misterios del Salvador en la Liturgia. El Espíritu Santo ha
descendido para sostenerla en esta otra etapa de la carrera, donde sólo se
desarrollará la fecunda simplicidad de la vida cristiana. La instruye y la
forma en las prescripciones del Maestro divino que ascendió a los cielos. Y lo
primero la enseña a orar, porque la oración, decía el Señor, es obra de todos
los días y de todos los instantes ', y con todo eso, no sabemos qué es lo que
hemos de pedir, ni cómo debemos hacerlo. Pero lo sabe quien nos ayuda en
nuestra indigencia, y el mismo Espíritu pide por nosotros con gemidos
inenarrables.
En el Introito y en toda la Misa, se
respira, pues, este aroma de oración, apoyada sobre el humilde arrepentimiento
de las faltas pasadas, y de confianza en la misericordia infinita.
INTROITO
Mírame, y ten piedad de mí, Señor:
porque estoy solo, y soy pobre: mira mi humillación, y mi trabajo: y perdona
todos mis pecados, oh Dios mío. — Salmo: A ti, Señor, elevo mi alma: en ti
confío, Dios mío, no quede yo avergonzado. J. Gloria al Padre.
COLECTA
Oh Dios, protector de los que esperan
en ti, sin el cual nada hay válido, nada santo: multiplica sobre, nosotros tu
misericordia; para que, siendo tú el Guía, el Caudillo, pasemos de tal modo por
las cosas temporales, que no perdamos las eternas. Por nuestro Señor.
EPÍSTOLA
Lección de la Epístola del Ap. S.
Pedro. (I, V, 6-11).
Carísimos: Humillaos bajo la poderosa
mano de Dios, para que El os exalte en el tiempo de la visitación: poned en El
toda vuestra preocupación, porque El se cuida de vosotros. Sed sobrios, y
vigilad: porque vuestro adversario, el diablo, ronda en torno vuestro, como un
león rugiente, buscando a quien devorar: resistidle fuertes en la fe, sabiendo
que la misma tribulación aflige a vuestros hermanos que están en el mundo. Pero
el Dios de toda gracia, que nos ha llamado a su eterna gloria en Cristo Jesús,
después de haceros padecer un poco, El mismo os perfeccionará, os confirmará y
os consolidará: a El sean la gloria y el imperio por los siglos de los siglos.
Amén.
LAS PRUEBAS Y SU
MÉRITO
Las miserias de esta vida son las
pruebas a que Dios somete a sus soldados para juzgarlos y clasificarlos en la
otra según sus méritos. Todos, pues, en este mundo tienen su parte en el
sufrimiento. El concurso está abierto, trabado el combate; el Arbitro de los
juegos examina y compara; pronto dará su sentencia sobre los méritos de los
diversos combatientes y los llamará, del ardor de la arena, al reposo del trono
en que se sienta El mismo.
¡Felices entonces aquellos que, viendo
en la prueba la mano de Dios, se sometieron a esta mano poderosa con amor y
confianza! Nada habrá podido contra estas almas fuertes en la fe el rugiente
león. Sobrias y vigilantes en esta etapa de su peregrinación, sin reparar en su
papel de victimas, sabedoras de que todo se halla sometido al dolor en este
mundo, unieron alegremente sus padecimientos a los de Cristo, y saltarán de
gozo en la manifestación eterna de su gloria, que será su herencia eternamente.
El Gradual continúa excitando la
confianza en el alma fiel: Arroje su ansiedad en el Señor: ¿no ha sido siempre
quien la ha librado de los males angustiosos? El la hará justicia también,
cuando llegue el tiempo, de todos sus enemigos.
GRADUAL
Arroja tu pensamiento en el Señor: y
El te nutrirá, y. Cuando clamé al Señor, El escuchó mi voz, y me libró de los
que me cercaban.
Aleluya, aleluya. J. Dios es un juez
justo, fuerte y paciente: ¿acaso se enojará todos los días? Aleluya.
EVANGELIO
Continuación del santo Evangelio según
S. Lucas. (XV, 1-10).
En aquel tiempo se acercaron a Jesús
los publícanos y los pecadores, para escucharle. Y murmuraban los
fariseos y los escribas, diciendo: Este hombre recibe a los pecadores, y come
con ellos. Entonces El les propuso esta parábola, diciendo: ¿Qué hombre de
vosotros, teniendo cien ovejas, si perdiere una de ellas, no deja en el
desierto las noventa, y nueve, y va en busca, de la que se perdió, hasta que la
encuentra? Y, cuando la ha encontrado, la pone gozoso sobre sus hombros y
tornando a su casa, convoca a los amigos y vecinos, diciendo: Felicitadme,
porque he hallado la oveja que se había perdido. Yo os digo que más gozo habrá
en el cielo por un pecador que hace penitencia que por noventa y nueve justos
que no necesitan de penitencia. ¿O qué mujer, que tiene diez dracmas, si
perdiere una dracma, no enciende la linterna, y barre la casa, y busca con
diligencia, hasta dar con ella? Y, cuando la ha encontrado, convoca a la amigas
y vecinas, diciendo: Felicitadme, porque he hallado la dracma que había perdido.
También yo os digo: Hay gran gozo entre los Ángeles del cielo por un pecador
que hace penitencia.
EL PRECIO DE LAS
ALMAS
Esta parábola de la oveja devuelta al
redil en hombros del Pastor, era muy querida de los primeros cristianos; se la
encuentra representada por todas partes en los monumentos de los primeros
siglos. Nos recuerda a Nuestro Señor Jesucristo, que no ha mucho; entró
triunfante en los cielos, llevando consigo a la humanidad perdida y
reconquistada. "Porque, ¿Quién es el Pastor de nuestra parábola, exclama,
San Ambrosio, sino Cristo que te lleva en su, cuerpo, y ha cargado con tus
pecados? Esta oveja es una en su género, no en el número. ¡Pastor afortunado,
de cuyo rebaño formamos nosotros la centésima parte! Porque se halla compuesto
de Ángeles, Arcángeles, Dominaciones, Potestades, Tronos, etc., etc.,
innumerables rebaños que ha dejado en los montes para ir en busca de la oveja
descarriada."
La parábola de la dracma perdida y
vuelta a encontrar, expone, en forma más familiar aún, y de un modo festivo,
esta misma doctrina, que es verdaderamente el centro de la enseñanza del
Salvador. Por los pecadores se encarnó el Verbo y quiso tomar un corazón de
carne para testimoniarles su amor, y quiso también que se supiere que una de
sus mayores glorias es encontrar un alma perdida; sus amigos del cielo
participan de esta gloria, quiere que todos la experimenten. Nosotros también,
sobre la tierra, tenemos derecho a esta participación. ¿Cómo podrían permanecer
indiferentes a este bien, aquellos que aman al Sagrado Corazón y se unen
íntimamente a todos sus sentimientos? Pero, reconcentrándonos en nosotros
mismos, debemos añadir a la alegría y alabanza que hace renacer, un sentimiento
de profunda gratitud, diciendo con San Juan Eudes: "¡Qué te devolveré, oh
mi Salvador, y qué haré por tu amor, a Ti que me has librado de caer en los
profundos abismos del infierno, tantas veces como yo me he expuesto con mis
pecados, o que hubiera caído, si tu bondadosísimo Corazón no me hubiera
preservado!"
El Ofertorio es un derrame de
agradecimiento y amor a Dios, que habita en Sión; no abandona a los que le
buscan con sinceridad, ni deja caer en olvido la oración del pobre.
OFERTORIO
Esperen en ti todos los que conocen tu
nombre, Señor: porque no abandonas a los que te buscan: salmead al Señor, que
habita en Sión: porque no se ha olvidado de la oración de los pobres.
SECRETA
Mira, Señor, los dones de la Iglesia
suplicante, y haz que, consagrados con perpetua santificación, aprovechen a la
salud de los creyentes. Por nuestro Señor.
PREFACIO
Es verdaderamente digno y justo,
equitativo y saludable que, siempre y en todo lugar, te demos gracias a ti,
Señor santo, Padre omnipotente, eterno Dios; que quisiste que tu Unigénito,
pendiente de la cruz, fuera traspasado por la lanza de un soldado; para que el
Corazón abierto, sagrario de la divina largueza, derramase sobre nosotros
torrentes de misericordia y de gracia, y él, que nunca cesó de arder en amor
por nos otros, fuese descanso para los piadosos, y para los penitentes asilo abierto
de salvación. Y por eso con los Ángeles y los Arcángeles, con los Tronos y las
Dominaciones, y con toda la milicia del ejército celeste, cantamos el himno de
tu gloria, diciendo sin cesar: Santo, Santo, Santo, etc.
La Antífona de la Comunión recuerda,
no sin misterio, la enseñanza llena de misericordia del Evangelio del día, en
el momento en que la Sabiduría eterna entra en posesión plena de la dracma
perdida, en el banquete preparado por Ella al pródigo arrepentido.
COMUNIÓN.
— REALIZAR LA COMUNIÓN ESPIRITUAL, VERDADERA COMUNIÓN [1]
Yo os lo digo: Hay gran gozo entre los
Ángeles del cielo por un pecador que hace penitencia.
POSCOMUNIÓN
Vivifíquennos, Señor, estos tus santos
Misterios, que hemos recibido: y haz que, purificándonos, nos preparen la
eterna misericordia. Por el Señor.
— DOM
PRÓSPERO GUÉRANGER, El Año Litúrgico, Primera Edición Española Traducida Y
Adaptada Para Los Países Hispano-Americanos Por Los Monjes De Santo Domingo De
Silos.
NIHIL
OBSTAT: F.R. FRANCISCVS SÁNCHEZ. 0. S. H. Censor ordinis.
IMPRIMATVR:
P. ISAAC M. TORIBIOS, Abbas Silensis, Ex Monasterio Sancti Dominici de Silos,
die 7.I.1953
[1] COMUNIÓN ESPIRITUAL,
VERDADERA COMUNIÓN: https://www.facebook.com/photo?fbid=381902818003537&set=a.235028616024292
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