DOMINGO DE RESURRECCIÓN
DOMINGO DE RESURRECCIÓN
INTROITO
Salmo 138,18,5-6,1-2
Resurrexi,
et adhuc tecum sum, allelúja: posuísti super me manum tuam, allelúja:
mirábilis facta est sciéntia tua, allelúja, allelúja. V/. Dómine,
probásti me, et cognovísti me: tu cognovísti sessiónem meam, et
resurrectiónem meam. V/. Glória Patri et Filio et Spiritui
Sancto. Sicut erat in principio et nunc et semper, et in saecula
saeculorum. Amén. |
Resucité, y estoy contigo, aleluya; pusiste sobre mí tu mano, aleluya,
admirable es tu sabiduría, aleluya, aleluya. V/. Señor, me
probaste y me conoces; lo sabes todo de mí, la hora de mi muerte y la de mi
resurrección. V/. Gloria al Padre, y al Hijo y al
Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos. Amén. |
COLECTA
Deus, qui hodiérna die per Unigénitum tuum, æternitátis nobis áditum
devícta morte reserásti: vota nostra, quæ preveniéndo aspiras, étiam
adjuvándo proséquere. Per eúmdem Dóminum nostrum
Jesum Christum, Filium Tuum, qui Tecum vivit et regnat in unitate Spiritus
Sancti, Deus, per omnia saecula saeculorum. Amen. |
Oh Dios! que en este día nos has franqueado de nuevo por tu unigénito
Hijo las puertas de la eternidad, ayúdanos a realizar los santos deseos que
tú mismo nos inspiras previniéndonos con tu gracia. Por el mismo Señor
nuestro Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del
Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén. |
EPÍSTOLA 1 Corintios 5, 7-8
Si en verdad hemos resucitado con Cristo, debe cambiar totalmente nuestra
vida. Los judíos no podían comer el cordero pascual más que con pan ázimo;
comamos también nosotros a Cristo, «nuestra Pascua», con el pan sin levadura de
una vida sin tacha y exenta de todo fermento de pecado.
En la fiesta de la pascua, en la que se inmolaba al cordero pascual, los
judíos, una vez que habían hecho desaparecer cuidadosamente toda la “vieja
levadura” que pudiera haber en casa, ya no comían más que pan ázimo; es decir, sin
levadura. Ahora bien, Cristo “nuestra pascua” (nuestro cordero pascual), ha
sido inmolado, en la Pasión, de una vez por siempre. Debemos, pues, excluir de
nuestra vida la “vieja levadura”; es decir, el mal y nuestras malas tendencias
y reemplazarlas por los “ázimos de la pureza y de la verdad”. De este modo
seremos verdaderamente “ázimos”, en el sentido en que san Pablo lo entiende.
Léctio Epístolæ beáti Pauli Apóstoli ad Corinthios. Fratres: Expurgáte vetus ferméntum, ut sitis nova conspérsio, sicut estis
ázymi. Etenim Pascha nostrum immolátus est Christus. Itaque epulémur: non in
ferménto véteri, neque in ferménto malítiæ, et nequitiæ: sed in ázymis
sinceritátis, et veritátis. |
Lectura de la Carta del Apóstol San Pablo a los Corintios. Hermanos; Purificaos de la antigua levadura, para convertiros en nueva
masa como ázimos que sois. Pues ha inmolado Cristo, nuestro cordero pascual.
Por tanto regalémonos no con vieja levadura, ni con levadura de malicia y de
perversidad, sino con ázimos de sinceridad y de verdad. |
GRADUAL Salmo 117, 24. 1
Hæc
dies, quam fecit Dóminus: exsultémus, et lætémur in ea. V/. Confitémini
Dómino, quóniam bonus: quóniam in sǽculum misericórdia ejus. |
Éste es el día que ha hecho el Señor: regocijémonos y alegrémonos en
él. V/. Alabad al Señor, porque es bueno, que su misericordia
permanece por los siglos. |
ALELUYA 1 Cor.5.7
Allelúja,
allelúja. V/. Pascha nostrum immolátus est Christus. |
Aleluya, aleluya. V/. Cristo, nuestra Pascua, ha
sido inmolado. |
SECUENCIA
Victimæ
pascháli laudes ímmolent Chrístiani. Agnus
redémit oves: Christus ínnocens Patri reconciliávit peccatóres. Mors
et vita duéllo conflixére mirándo: dux vitæ mórtus, regnat vivus. Dic nobis, María, quid vidísti in via? Sepúlcrum Christi vivéntis: et glóriam vidi
resurgéntis. Angélicos testes, sudárium, et vestes. Suréxit Christus spes mea:
præcédet vos in Galilǽam. Scimus
Christum surrexíse a mórtuis vere: tu nobis, victor Rex, miserére. Amen.
Allelúja. |
A la víctima pascual entonen alabanzas los cristianos. Redimió el Cordero a las ovejas; Cristo, inocente, reconcilió con su
Padre a los pecadores. La muerte y la vida lucharon un duelo admirable; el Señor de la vida
reina vivo después de muerto. Dinos, María, ¿qué has visto en el camino? Vi el sepulcro de Cristo vivo y la gloria del Resucitado. Vi ángeles como testigos; vi el sudario y los vestidos. ¡Resucitó Cristo, mi esperanza! Precederá a sus discípulos a Galilea. ¡Sabemos que Cristo ha resucitado verdaderamente de entre los muertos! Tú, ¡oh Rey triunfador!, apiádate de nosotros. Amén. Aleluya. |
EVANGELIO Marcos 16, 1-7
Ante la tumba vacía, un ángel anuncia a las santas mujeres la resurrección
de Jesús. Por la boca de la Iglesia nos habla también a nosotros. Nuestra fe se
ha de afirmar con los relatos de las apariciones que se nos leerán esta semana,
como se afirmó la de sus discípulos con la vista de Cristo resucitado.
Sequéntia sancti Evangélii secúndum Marcum. In illo témpore: María Magdaléne et María Jacóbi et Salóme emérunt
arómata ut veniéntes únguerent Jesum. Et valde mane una sabbatórum, véniunt
ad monuméntum, orto iam sole. Et dicébant ad ínvicem: Quis revólvet nobis
lápidem ab ostio monuménti? Et respiciéntes vidérunt revolútum lápidem. Erat
quippe magnus valde. Et introëuntes in monuménum vidérunt júvenem sedéntem in
dextris, coopértum stola cándida, et obstipuérunt. Qui dicit illis: Nolíte
expavéscere: Jesum quǽritis Nazarénum crucifíxum: surréxit, non est hic, ecce
locus ubi posuérunt eum. Sed ite, dícite discípulis ejus, et Petro, quia
præcédit vos in Galilǽam: ibi eum vidébitis, sicut dixit vobis. |
Lectura del Santo Evangelio según San Marcos. En aquel tiempo: María Magdalena, y María, madre de Santiago,
y Salomé compraron aromas para venir y embalsamar a Jesús. Y muy de mañana,
el primer día después del sábado, llegaron al sepulcro,
salido ya el sol. Decían entre sí: ¿Quién nos rodará la piedra de la entrada
del sepulcro? Y mirando vieron rodada la piedra, que era muy grande. Y
entrando en el sepulcro, vieron un joven sentado a la diestra, vestido de
blanco, y se asustaron. Mas él les dijo: No temáis; buscáis a Jesús Nazareno,
que fue crucificado; pues bien, resucitó; no está aquí; ved el lugar en donde
le pusieron. Y ahora id y decid a sus discípulos y a Pedro que va delante de
vosotros a Galilea; allí le
veréis, como él os lo dijo. |
Se reza el Credo Nicenoconstantinopolitano
OFERTORIO Salmo 75, 9-10
Terra
trémuit, et quiévit, dum resúrgeret in judício Deus, allelúja. |
'Tembló la tierra y calló
al levantarse Dios para el juicio, aleluya |
SECRETA
Súcipe,
quǽasumus, Dómine, preces pópuli tui cum oblatiónibus hostiárum: ut
paschálibus initiáta mystériis, ad æternitátis nobis medélam, te operánte,
profíciant. Per Dominum nostrum Jesum Christum, Filium Tuum, qui Tecum
vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti, Deus, |
Recibe, Señor, las oraciones de tu pueblo juntamente con la oblación de
estas ofrendas, para que, santificadas con los misterios pascuales, por un
efecto de gracia nos sirvan de remedio para la vida eterna. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del
Espíritu Santo y es Dios |
PREFACIO DE PASCUA
La noche de Pascua se dice: in hac potissimum nocte (en esta noche). De
Pascua al sábado in albis: in hac potissium die, (en este día); posteriormente:
in hoc potissimum, (en este tiempo).
Vere dignum et iustum est, æquum et salutáre: Te quidem, Dómine, omni
tempore, sed in hac potíssimum die gloriósius prædicáre, cum Pascha nostrum
immolátus est Christus. Ipse enim verus est Agnus, qui ábstulit peccáta
mundi. Qui mortem nostram moriéndo destrúxit, et vitam resurgéndo reparávit.
Et ídeo cum Angelis et Archángelis, cum Thronis et Dominatiónibus, cumque
omni milítia cæléstis exércitus, hymnum glóriæ tuæ cánimus, sine fine
dicéntes: |
En verdad es digno y justo, equitativo y saludable, que en todo tiempo,
Señor, te alabemos; pero con más gloria que nunca en este día en que se ha
inmolado Cristo, nuestra Pascua. El cual es el verdadero Cordero
que quita los pecados del mundo y que muriendo,
destruyo nuestra muerte y, resucitando reparó nuestra vida. Por eso con los
Ángeles y los Arcángeles, con los Tronos y las Dominaciones, y con toda la
milicia del ejército celestial, cantamos un himno a tu gloria, diciendo sin
cesar: |
COMUNICANTES PROPIO
Communicántes,
et diem sacratíssimum celebrántes, Resurrectiónis Dómini nostri Jesu Christi
secúndem carnem: sed et memóriam venerántes, in primis gloriósæ semper
Vírginis Maríæ, Genetrícis Dei et Dómini nostri Iesu Christi:… |
Unidos en una misma comunión y celebrando el sacratísimo día de la
resurrección según la carne, de nuestro Señor Jesucristo, veneramos también
en primer lugar la memoria de la gloriosa siempre Virgen María, madre del
mismo Dios y Señor nuestro Jesucristo: … |
HANC IGITUR PROPIO
Hanc
ígitur oblatiónem servitútis nostræ, sed et cunctæ famíliæ tuæ, quam tibi
offérimus pro his quoque, quos regeneráre dignátus es ex aqua, et Spíritu
Sancto, tribuens eis remissiónem ómnium peccatórum quæsumus, Dómine, ut
placátus accípias: diésque nostros in tua pace dispónas, atque ab ætérna
damnatióne nos éripi, et in electórum tuórum iúbeas grege numerári. Per
Christum Dóminum nostrum. Amen. |
Te suplicamos, pues, Señor, te dignes aceptar aplacado esta oblación de
tus siervos, que es también la de toda tu familia; y que asimismo te
ofrecemos por los neófitos que te has dignado regenerar con el agua y con el
Espíritu Santo, dándoles el perdón de sus pecados. Dispón en tu paz los
días de nuestra vida y manda que seamos preservados de la eterna
condenación y contados en la grey de tus elegidos. Por Cristo nuestro Señor. Amén. |
COMUNIÓN 1 Corintios 5, 7-8
REALIZAR LA COMUNIÓN ESPIRITUAL, VERDADERA COMUNIÓN [1]
Pascha
nostrum immolátus est Christus, allelúja: itaque epulémur in ázymis
sinceritátis, et veritátis, allelúja, allelúja. |
Cristo, nuestra Pascua, ha sido inmolado, aleluya; por tanto, regalémonos
con los ázimos de sinceridad y de verdad, aleluya, aleluya, aleluya. |
POSCOMUNIÓN
Spíritum
nobis, Dómine, tuæ caritátis infúnde: ut, quos sacraméntis paschálibus
satiásti, tua fácias pietáte concórdes.Per Dominum nostrum Jesum Christum,
Filium Tuum, qui Tecum vivit et regnat in unitate ejúsdem Spiritus Sancti,
Deus, per omnia saecula saeculorum. Amen. |
Infúndenos, Señor, el espíritu de tu amor, y haz que vivan unidos de
corazón tus fieles, a quienes ha alimentado con los sacramentos de la Pascua.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad
del mismo Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén. |
HOMILÍA MAGISTERIAL DE SU SANTIDAD PÍO XII
AUDIO: https://www.youtube.com/watch?v=2Szd2U5HcWo
COMENTARIOS (OPINIÓN TEOLÓGICA) DE LOS SANTOS PADRES
San Cirilo
El Señor obra
prodigio sobre prodigio. Y mientras que antes había venido llamado, ahora viene
sin que lo llamen. Por lo que se dice: "Y aconteció después que iba a una
ciudad llamada Naim".
Beda
Naim es una ciudad
de Galilea que dista dos leguas 1 del monte Tabor. Por permisión divina acompañaba una gran turba al
Señor para que presenciase el milagro tan grande que iba a hacer. Por lo que
sigue: "Y sus discípulos iban con El, y una grande muchedumbre de
pueblo".
San Gregorio Niceno Tract. de anima et
resurrectione, post medim
Aprendamos del
Salvador la experiencia de la resurrección no tanto en las palabras como en sus
obras. Empieza por milagros menores a fin de preparar nuestra fe para otros
mayores. Empieza a ejercer el poder de la resurrección en la enfermedad
desesperada del siervo del centurión. Después, con un acto de mayor poder
conduce a los hombres a la fe de la resurrección, resucitando al hijo de una
viuda que era llevado al sepulcro. Por lo que se dice: "Y cuando llegó
cerca de la puerta de la ciudad, he aquí que sacaban fuera a un difunto, hijo
único de su madre".
Tito Bostrense
Podría decirse del
siervo del centurión que no había de morir. Pero para reprimir ese lenguaje
temerario, Jesucristo salió al encuentro de aquel joven que ya era difunto,
hijo único de una viuda. Por lo que sigue: "La cual era viuda. Y venía con
ella mucha gente de la ciudad".
San Gregorio Niceno De homini opificio
Estas pocas
palabras expresan la intensidad de su dolor. Era madre viuda y ya no esperaba
tener más hijos ni tenía otro a quien mirar en lugar del difunto. Solamente
había criado a éste, y él solo constituía la alegría de la casa. El solo era
toda la dulzura y todo el tesoro de la madre.
San Cirilo
Digno era de
compasión este dolor y bien capaz de excitar el llanto y las lágrimas. Por lo
que sigue: "Y luego que la vio el Señor, movido de misericordia por ella,
le dijo: No llores".
Beda
Como diciendo: No
le llores ya como muerto porque dentro de muy poco lo verás resucitar.
San Crisóstomo
Consolando así la
tristeza y haciendo cesar las lágrimas nos enseña a consolarnos de la pérdida
de nuestros difuntos esperando su resurrección. Toca, pues, el féretro,
saliendo la vida al encuentro de la muerte. Por lo que sigue: "Y se
acercó", etc.
San Cirilo
No hizo este
milagro con sólo la palabra, sino que también tocó el féretro, para que
comprendamos la eficacia del sagrado Cuerpo de Jesús para la salud de los
hombres. Es, en efecto, el cuerpo de vida y la carne del Verbo omnipotente, de
quien viene la virtud. Pues así como el hierro unido al fuego produce los
efectos del fuego, así la carne, una vez unida al Verbo que da vida a todas las
cosas, se hace también vivificadora y expulsiva de la muerte.
San Gregorio Niceno
Esta palabra
"mancebo" indica la flor de la edad, cuando empieza a apuntar la
barba. Aquel que poco antes era la alegría y la dulzura de las miradas de su
madre la cual suspiraba ya por la alegría de sus esponsales, y le contemplaba
como el propagador de su raza, el vástago de su posteridad y el báculo de su
vejez.
Tito Bostrense
Inmediatamente se
levanta aquel a quien se dirige esa orden. Al poder de Dios nada resiste; no
hay ninguna tardanza, ni tampoco oraciones. Por lo que sigue: "Y se sentó
el que había estado muerto, y comenzó a hablar. Y le dio a su madre".
Indicios son éstos de verdadera resurrección, pues un cuerpo muerto no puede
hablar ni tampoco la mujer hubiese llevado a su casa un hijo muerto e
inanimado.
Beda
Dice el evangelista
que el Señor se movió primero a misericordia cuando vio a la madre y que
después resucitó al hijo para darnos, por un lado, un modelo de misericordia y,
por el otro, un motivo de creer en su poder maravilloso. Por lo que sigue:
"Y tuvieron todos grande miedo, y glorificaban a Dios", etc.
San Cirilo
Este gran milagro
se obró en un pueblo insensible e ingrato; porque poco tiempo después no creía
que fuese profeta, ni que sirviera para utilidad del pueblo. Sin embargo, este
milagro no se ocultó a ningún habitante de la Judea. Por lo que sigue: "Y
la fama de este milagro corrió por toda la Judea", etc.
Ambrosio
Es oportuno notar
que se cuentan siete resurrecciones antes de la de Jesucristo. De las cuales la
primera es la del hijo de Sarepta ( 1Re 17); la
segunda es la del hijo de la Sunamitis ( 2Re 4); la
tercera es la que se verificó con las reliquias de Eliseo ( 2Re 3); la
cuarta, la que se verificó en Naim, como aquí se dice; la quinta es la de la
hija del príncipe de la sinagoga ( Mc 5); la sexta,
la de Lázaro ( Jn 50); la séptima, en la pasión de
Cristo, durante la cual resucitaron muchos cuerpos de santos ( Mt 27); la
octava es la de Jesucristo, el cual, vencedor de la muerte, permanece siempre,
para significar que la resurrección general que ha de tener lugar en la octava
edad, no estará sujeta a la muerte sino que permanecerá indisoluble.
Beda
El difunto que se
levantó a la vista de muchos fuera de las puertas de la ciudad, representa al
hombre adormecido en el féretro de mortales culpas, y la muerte del alma, que
no yace aun en el lecho del corazón, pero que se exhibe a noticia de muchos por
sus palabras y sus obras (como por las puertas de la ciudad). Cada uno de los
sentidos de nuestro cuerpo es como la puerta de una ciudad. El cual se llama
hijo único de su madre, porque la Iglesia, compuesta de muchas personas, es sin
embargo única madre. Que la Iglesia es viuda, lo reconoce toda alma que ha sido
rescatada con la muerte del Señor.
San Ambrosio
Esta viuda, rodeada
por una multitud de pueblo, nos parece algo más que una mujer; ella ha obtenido
por sus lágrimas la resurrección del adolescente, su hijo único, el que es
llamdo a la vida desde el cortejo fúnebre. A Ella se le prohibe llorar al que se
le reservaba la resurrección.
Beda
O se confunde el
dogma de Novato, el cual, queriendo abolir la purificación de los penitentes,
niega que la Iglesia nuestra madre, llorando sobre la muerte espiritual de sus
hijos, deba consolarse con la esperanza de devolverles la vida.
San Ambrosio
Este muerto era
llevado en las cuatro materias elementales, sin embargo
tenía la esperanza de resucitar porque iba al sepulcro en un lecho de madera
-esta madera, aunque antes no nos aprovechaba, después de que Jesucristo murió
sobre ella, empezó a darnos la vida-, para que sirviese de señal de que había
de darse la salud al pueblo por medio del sacrificio de la cruz. En efecto,
nosotros aisladamente yacemos sin vida, cuando el fuego de una pasión
inmoderada nos consume, o el agua helada de la indiferencia nos inunda, o un
estado perezoso de nuestro cuerpo terrestre amortigüa el vigor de nuestro
espíritu.
Beda
O el féretro, en
que es llevado muerto, representa la conciencia del pecador, que desconfía de
la enmienda; los que le llevan al sepulcro son los deseos inmundos o las
adulaciones de sus amigos, los cuales se detienen en cuanto Jesús toca el
féretro. Su conciencia, tocada por el temor del juicio divino, vuelve sobre sí,
refrenando sus pasiones, rechazando las alabanzas, y respondiendo al Salvador
cuando le llama.
San Ambrosio
Si es tu pecado
grave y no puedes lavarlo con las lágrimas de la penitencia, que llore por ti
nuestra madre la Iglesia; que la turba te asista, y resucitarás de la muerte,
dirás palabras de vida, todos temerán (con el ejemplo de uno se corrigen
muchos), y también alabarán al Señor porque se ha dignado concedernos tan
grandes remedios para evitar la muerte.
Beda
El Señor ha
visitado a su pueblo no una vez sola revistiendo de carne a su Verbo, sino
enviándole con frecuencia a los corazones de los hombres.
Teofilacto
Por esta viuda se
puede también entender el alma que pierde a su esposo; esto es, la divina
palabra. Su hijo es el entendimiento que es llevado fuera de la ciudad de los
que viven. El lecho es su propio cuerpo a quien algunos han llamado sepulcro.
Pero cuando el Señor lo toca, se levanta, se rejuvenece y, levantándose del
pecado, empieza a hablar y a enseñar a otros, pues sin eso no se le creería.
[1] COMUNIÓN ESPIRITUAL, VERDADERA
COMUNIÓN: https://www.facebook.com/photo?fbid=381902818003537&set=a.235028616024292
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